Escuchar a sus hijos sobre lo que quieren en lo que respecta a su atención a la salud es un factor importante para apoyarles en su camino como adultos. A algunos niños puede ponerles nerviosos el asumir responsabilidades de salud sin sus padres. Otros pueden estar listos para hacer el cambio, pero no saben por dónde empezar. Todo se reduce a entender cómo se sienten. Como su tutor, es posible que haya sido la única persona que se ha ocupado de sus visitas de salud. Asegúrese de hablar con sus hijos sobre el proceso de atención a la salud y las responsabilidades que conlleva.

Actualmente no hay límite de edad para acudir al pediatra. La transición de los cuidados dependerá de sus hijos. Se basará en la edad y el desarrollo. Su pediatra puede ayudarle a determinar el momento adecuado para hacerlo. Para algunos pacientes, esto ocurrirá probablemente entre los 18 y los 21 años.

Estos son algunos de los signos más comunes para saber si sus hijos están preparados para la transición de su atención a la salud. Uno de los primeros indicadores sería la edad. La mayoría de los niños dejan de ir al pediatra a los 18 años. Esto se debe a que a los 18 años se le considera adulto. Otra señal para hacer el cambio es si sus hijos tienen afecciones médicas que requieran cuidados durante la edad adulta. Contar con un proveedor especializado en su enfermedad puede ser reconfortante para sus hijos. Además, si pueden comunicar su estado de salud, podría ser el momento de hacer la transición. Puede que quieran intimidad o más independencia. La decisión de la transición debe ser una conversación entre usted y sus hijos para garantizar la mejor atención médica.

Los padres pueden sentirse preocupados por el paso de sus hijos de un pediatra a un médico de adultos. Puede resultar abrumador generar confianza con un nuevo proveedor. Puede que haya mucha información médica de la que hablar. Otra preocupación es el cambio en la coherencia. También es habitual que los niños se sientan ansiosos ante el cambio. Para facilitar el proceso, puede ayudar a sus hijos a buscar opciones.

La transición de un proveedor de atención a la salud a otro es un cambio importante para un niño. He aquí algunos consejos para ayudarle en el proceso. Sea proactivo, cuando se preparen para hacer el cambio, asegúrese de que hablen de ello con su pediatra. Investigue una lista de posibles proveedores para que los niños tomen la decisión correcta por sí mismos. Reúna los historiales médicos, esto ayudará a su nuevo proveedor a estar al día con su historial médico. Por último, concierte una cita con su nuevo proveedor. Una vez que hayan hecho una transición suave, ofrézcales su ayuda si la necesitan.

Algunos niños prefieren seguir con su pediatra después de los 18 años. Algunos querrán cambiar de proveedor aun siendo menores. Independientemente de su elección, dejar que sus hijos tengan la opción de asumir el control de su salud les da poder. Esto incluye permitirles elegir a sus proveedores de atención a la salud. Una vez que estén preparados para despedirse de su pediatra, usted puede asumir un papel de apoyo. Oriénteles para que tomen buenas decisiones. Recuerde que se trata de una parte natural de su transición a la edad adulta. Ayúdeles a prepararse para una vida de salud y bienestar.

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